No,
no tengo ni idea de por qué lo hice pero si, lo hice. Después de
aguantarme las ganas, no se si de pulsar el botón verde o el rojo,
tantas veces... me decidí a pulsar al menos uno de los dos.
-¿Si?
-Vaya...
- hubo unos segundos en silencio y luego siguió con una voz
entrecortada- sinceramente, se me ha olvidado hasta lo que quería
decirte.
-¿Y
eso?
-Es
que nunca me coges el teléfono, esperaba que esta vez fuese también
así
-¿Llamabas
para nada entonces?- intenté reírme, o sonreírle, no sé...
-No, realmente creo que intentaba llamarte simplemente para que no me
cogieses y seguir haciéndome a la idea de que mi hipótesis de que
algo te está pasando se corroborase
-...
-¿Tengo
que intuir que he dado en el clavo no? ¿Dardo al centro, partida
ganada?
-Sabes
que no, morena -sabía hacerme reír incluso con las peores gracias
en los momentos más inoportunos- simplemente, has hecho una buena
partida
-Entonces
¿qué pasa? Porque que pasa algo ya lo sé
-Pues...
-joder, era tan sumamente clara, a veces, que me imponía demasiado
respecto hasta por teléfono
-¿Pues?
-Pues
que... joder, no se cómo decírtelo. En serio
-¿The
End?
-...
-A
ver ¿qué? Mis clases de inglés son demasiado buenas, sé que
estarás alucinando con la pronunciación pero contéstame hombre. Me
sirve en castellano
Volvió
a hacerlo, me sonrió y me hizo reír, o sonreír, no se...
-Verás,
no es que esté con otra persona pero... vamos, que estoy en vías
de...
-Ya
lo sabía
Con
esa respuesta, simplemente me hizo tragar el conjunto de palabras
atravesadas que subían por mi garganta.
-¿Ya
lo sabías?
-Si,
a caso ¿habría otra razón para que llevases, como cosa de tres
semanas, sin cogerme el teléfono? -ahí su tono me desconcertó, no
sabía si estaba siendo irónica, sarcástica, real, hipócrita... -
Supongo que no
-Supones
bien
Los
segundos en silencio del comienzo volvieron a repetirse y, pese a ser
como cosa de simplemente cuatro o cinco, si me apuras seis, a mi me
dio tiempo para repasar todo lo que le había mentido. Todo lo que no
sabía si decirle o si no.
-Verás...
-No
verás no -estaba claro, llegaba ahora el momento de escupirme todo encima-
el caso es ¿vas a bajar a ver el partido?
Volvió
a descolocarme, por completo ¿a cuento de qué venía esa pregunta
ahora?
-Si,
he quedado en hora y media pero ¿que más da eso ahora?
-Pues
es que me he quedado sin señal en casa y agradecería que me
informases de como transcurre la historia. Lo haces mal, lo sé, pero
mejor que nada...
Me
lo dijo así, me pidió un mensaje al acabar el partido y se quedó tan a gusto. Ni siquiera
era de los importantes, ni clasificatoria ni finales, pero ahí
estaba ella con sus grandezas. No dejaba de hacerlo.
-Oye...
tampoco soy tan negado -ahora si lo sé, esta vez le sonreía.
No,
no tengo ni idea de por qué lo hice pero si, lo hice. Colgué el
teléfono y, horas después, escribía un... ¿para que negarlo? Como
ella había anticipado, escribía un patético mensaje de texto con el
resultado del partido. Obtuve como contestación una “llamada
perdida”, de las que se hacían años atrás, y se acabó el día.
Se
quedó tan ancha. Me pidió un mensaje con dos números separados por
un guión y se quedó tan sumamente ancha.
Ahora... Ahora, sinceramente no quiero ni pensar en qué lugar del mundo estará
perdida. Porque otra cosa no, pero perdida estará un rato largo, con
la pésima orientación que tiene. Bueno, tal vez su buena pronunciación en inglés la hubiese ayudado a salir de alguna que otra. Ahora también lo estoy haciendo,
y lo sé, sonriendo. Bueno, o sonriéndole.
Seguramente
ha roto los corazones do los más canallas de los barrios bajos de la city -si, mi pronunciación es patética, como mis mensajes- y sin tener
que coserse el propio más de una vez. ¿Habría pasado alguna de sus
noches en chirona? Ahora reía. Si, seguro que si. Cabeza loca...
cuánto he perdido sin ti. Cuánto me he perdido de ti.
Volvió
el silencio incómodo aunque ahora solo lo atravesaba yo. Y es que,
después de aguantarme las ganas, tanto tiempo, no se si de pulsar el
botón verde o el rojo.
Una
vez elegí. Escogí el verde, y la jodí, esta vez será el rojo, pues no tengo
derecho a joderle lo que sea que esté haciendo ahora. Puede que ahora sea ella lo que se encuentre en vías de...
Suerte,
morena.